La meditación a través de los mandalas es una actividad del corazón o del alma.
«Las prácticas meditativas puede que no nos hagan más espirituales, pero pueden ayudarnos a tomar mayor conciencia de la dimensión espiritual de la existencia. Pueden acompañarnos en esa infinita transición hacia formas de vida más atentas y amables, más presentes y comprometidas. Más humanas y en resumen , más contemplativas»-Olga Fajardo-
Este tipo de meditación se lleva a cabo mediante la contemplación, es decir, pones el foco en la imágen, entonces llega a tí su luz y belleza y te haces uno con ella.
Existen tantas maneras de entrar en meditación, como personas distintas hay en el mundo. Meditar puede ser simplemente conectar con tu respiración, puede ser sentir la presencia del cuerpo mientras realizas cualquier actividad automática, puede ser sentarse en una postura cómoda, en silencio y conectarte con tu yo más profundo. También puede ser un paseo por la montaña mientras observas y respiras la maravilla de la naturaleza o una danza acompasada mientras preparas la comida del día.
Todas estas actividades pueden ser meditación si logras sentir paz en todo lo que estás realizando. Aquí te voy a proponer otra forma de meditar a través de la contemplación de los mandalas.
La práctica de la meditación con mandalas proviene del budismo. Para su cultura, estos dibujos suponen un soporte muy significativo para la meditación. La persona mientras medita enfoca toda su atención en la imagen del mandala mientras que ésta se va internalizando complematemante con todo lujo de detalles. Es considerada una de las meditaciones más elevadas, y es por ello que nos resulte tan deconcertante en occidente llegar a comprenderla a fondo. Nuestro mundo gira en torno a conceptos, expectativas, acción, y por ello necesitamos practicar habitualmente la paciencia para poder acceder de manera exitosa a este viaje de la meditación con mandalas.
Cómo meditar con mandalas en 4 pasos:
- PREPARAR UN LUGAR PARA MEDITAR:
Primero de todo debemos elegir un lugar cómodo y confortable de nuestra casa. Un lugar tranquilo, que nos invite a la relajación y a estar un ratito con nosotros mismos. Podemos también encender incienso si te resulta agradable, que entre la luz del sol por la ventana, encender una velita, poner una música tranquila de fondo..recrea tu espacio para que se convierta en un lugar agradable.
2. ELIGE TU MANDALA:
Es el momento de encontrar una imagen sobre la que meditar, y para ello primero vamos a conectarnos con nosotros realizando unas respiraciones profundas y seguidamente miramos como nos sentimos. Es importante hacer esta parada de introspección para luego conectar de una forma más intuitiva con nuestro mandala. Una vez conectado en silencio con nosotros, ya estamos listo para echar un vistazo a nuestra galeria de mandalas para meditar. Te lo podrás descargar o imprimir para realizar tu práctica para tenerlo presente enfrente tuyo de manera vertical.
3. ¡COMIENZA LA PRÁCTICA CONTEMPLATIVA!
Ahora vamos a poner toda nuestra atención en el mandala elegido. Vamos a observarlo desde la quietud, y si vienen pensamientos que nos distraigan, no pasa nada, no les prestamos demasiada atención, volvemos a respirar profundamente y conectamos otra vez con la imágen. (Es recomendable estas primeras veces tener una música de fondo porque nos ayudará a no perder esa concentración). Podemos emplear unos 10 minutos para empezar este nuevo hábito, para coger confianza y así después podremos ir añadiendo más tiempo.
4. SALIMOS DE LA MEDITACIÓN.
Para dar por finalizada nuestra práctica procedemos otra vez a realizar tres respiraciones profundas, este simple acto nos devolverá de una manera amable a la realidad. Es posible que experimentes tranquilidad en el cuerpo, y descanso mental. Los budistas, cuando practican la meditación contemplativa con mandalas , llegan a acceder a una lógica intuitiva, acceden al presente, y ese presente les une a lo eterno..¿No es maravilloso?